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Mostrando entradas de septiembre, 2012

La jugada maestra de Artur Mas

Si en el post anterior señalé a Europa como principal obstáculo para la independencia de Catalunya, también debí deshinchar uno de esos globos sonda que andan enturbiando el ambiente. Por supuesto que no será fácil lograr un cambio en la sacrosanta Constitución Española, pero no es el principal escollo al que se enfrentan los independentistas. Con otro dibujo parlamentario, se puede cambiar, aunque por fases. Y la primera debe de ser el federalismo, que como si de un juego de matrioskas se tratara, también necesitará un cambio en la Constitución del 78. Todo esto está muy bien, y si me tengo que mojar, ojalá España sea un estado federal algún día. No obstante, a mí me sangran las vestiduras cuando veo a Artur Mas enarbolar la bandera independentista, cual Marianne de la Revolución Francesa. ¿Manía personal? Considero que no, que tengo motivos contrastables. Veamos:

Independencia imposible

Recortes plurinacionales. Una mirada localista al Reino de España y sus problemas internos puede derivar en la sensación de que vive un peligro doble: el acoso de los mercados y la amenaza separatista de Catalunya. Como toda mirada sesgada, alejada del conjunto por un zoom intelectual exagerado, entraña la mentira de la generalización a partir de los detalles. Ni Catalunya es un problema ni los mercados solamente se ceban con España. Además, por si a alguien le interesa: pocas naciones existen a día de hoy sin un historial de intentos o, cuando menos, deseos separatistas. Lo preocupante seria que todo el mundo comulgase en la misma dirección. Al menos así lo vemos quienes creemos en la libertad y concebimos ésta como un flujo constante de cambios. Volviendo a España y a Catalunya, la cantidad de medias verdades que se vierten por ambos cantones están gestando una mentira difícilmente digerible. Ni España existe desde los tiempos de la romanización ni los catalanes han querido

Al diablo con la prima de riesgo

Ver las cosas como son: ésa es la cuestión. No es necesariamente fácil aplicarlo a nuestras vidas. El principal problema estriba en que casi todo el mundo suscribe que ya lo hace. Nadie quiere ser un iluso. Sin embargo, apegarse a la realidad para no parecer un trasnochado es, paradójicamente, el atajo directo a vivir al son de pajaritos que pían sin descanso. Estos días todo el mundo sabe cómo va la prima de riesgo, el Ibex35, la inflación, etc. Y sin embargo, ¿cuántos resistirán un debate en profundidad sobre la economía, sea la española o la mundial? Muy pocos, me temo. Aunque no es éste el tema del post. Mi tesis va por otro lado. Sostengo que la gente se arma de información que no logra dominar ni entender para simular que controla la realidad.

El gran día de Mariano Rajoy vía TVE

"Oye, baja el nivel de las preguntas". Se anunció a bombo y platillo: el Presidente del Gobierno daría una entrevista en televisión. Nueve meses después. Un parto doloroso. Días antes le habían allanado el camino. Las posibles zancadillas de los periodistas del ente público ya no serían una posibilidad al haber descabezado a todos los sujetos peligrosos de pensar de forma diferente a los intereses del Gobierno. Por eso, en Los desayunos de TVE al Ministro de Industria nadie le pone trabas para que caracolee su discurso. Un país sin apenas industria, que depende de los demás para abastecerse de energía, y en el que su Ministro saca pecho sin que ningún periodista le ponga en aprietos.

El gran parque temático del terror y la mentira

No teníamos bastante con el mayor casino de Europa que vendrá a Madrid cuando la Generalitat de Catalunya se saca de la manga seis parques temáticos, sí seis, a 100 km de Barcelona, de la mano de varios de los grandes especuladores del boom inmobiliario y sin una triste maqueta que llevarse a la boca. Eurovegas da asco. Barcelona World, miedo. Sus cómplices: PP, CIU, La Caixa, los caraduras expertos en pelotazos se merecen unos años en la atracción que muy gustosamente diseñaría para ellos: la vuelta al mundo en galeras.

Dénia

Cercábamos las calles empedradas que transportaban el aroma de las plantas e íbamos de la mano en busca de otros olores, no menos furtivos, los de una buena paella con marisco, un pescado, algo que supiera a mar. Y el calor nos obligaba a elegir siempre la vereda de la izquierda y ganando cada palmo de sombra íbamos recorriendo el laberinto del casco viejo alrededor de un castillo que sólo se dejaba ver en lo alto de las plazas o de una pequeña explanada que ardía bajo el sol.

El Bretón que (de)pende de cada uno

El "España no va bien" también funciona. Se impone la moda del espectáculo y por eso se habla de lo anecdótico incluso en los espacios de supuesto análisis riguroso de la actualidad. En una sociedad a la deriva ya no causa estupor que los diarios nacionales incorporen en sus portadas las tristezas de un futbolista multimillonario. ¿Cómo va a sorprender que dediquen amplios titulares al monstruo que mató a sus dos hijos por despecho contra su mujer? Seré más claro todavía: el caso de José Bretón es una anécdota. Por supuesto que es una tragedia horrorosa para sus familiares y sus vecinos. Pero no debería haberse convertido en un asunto de Estado. Básicamente porque lo que a la gente le interesa es el morbo y el morbo es un pasatiempos.

Niños desnutridos con ropa de marca

Cuando examino la Historia, me sorprendo muy enfadado con el destino de los oprimidos. Normalmente, los grandes ensayos, y ya no digamos los manuales, dedican a los oprimidos de cada época significativa una frase general. A veces ni eso. Se deduce de lo estudiado, pero no se atiende a la historia singular de aquellos pobres aplastados bajo el yugo del poder. En ocasiones, se resaltan los pocos ejemplos de insurrecciones notables y como no se ha prestado atención a los defenestrados anteriormente, sucede que el cerebro humano cree que los pocos oprimidos que existieron supieron, más tarde que temprano, sublevarse ante la tiranía. Así, ponemos al mismo nivel emperadores crueles con Espartaco, que sólo fue uno; reyes despóticos con la revolución francesa, que sólo ocurrió una vez, etc.